Como todas las mujeres, he dedicado una buena cantidad de tiempo y esfuerzo (dinero NUNCA) en meditar acerca de la conducta de los hombres. Aunque no soy partidaria de aquello de que "todos los hombres son iguales", si los observamos detenidamente nos daremos cuenta de que entre ellos se dibujan ciertos patrones. Uno de éstos es "El Viejo Mañoso".
El VM no debe de confundirse nunca con el ya conocido Viejo Rabo Verde, ya que aunque este último comparte con el VM el gusto por las jovencitas, sus motivos y sus técnicas de seducción son distintas. Al Rabo Verde le gustan las niñas por la carne tierna y fresca, además de que los hacen sentir más jóvenes, o que son muy machos porque aún las pueden. Sus técnicas de seducción quedan perfectamente descritas en las sabias palabras de mi madre: "Los viejos, o dan dinero, o dan asco".
El VM en cambio es aquel hombre maduro cuyo
target son aquellas chicas entre los 16 y los 22 años que están, no sólo en pleno despertar sexual, sino también en plena búsqueda de identidad; son niñas, generalmente inteligentes, que buscan distinguirse de la masa. Por lo general son chicas con inquietudes -del tamaño de su morral coyoacanense- intelectuales, liberales y/o socialistoides que se aburren con los chicos de su edad porque los encuentran bobos. Encuentran en el VM un hombre con más experiencia, con un poquito más de cultura que ellas y con ideas medio revolucionarias o "iconoclastas" (chale con la palabreja). El VM lleva a sus presas a los ciclos de cine de arte, a conciertos, exposiciones, performances, etc. Las envuelven con palabras y citas literarias, o peor aún CUÁNTICAS.
Desgraciadamente, cuando la jovencita sigue su camino, estudia una carrera y tiene sus propias experiencias de vida, abandona al Viejo Mañoso porque aquél ya no tiene nada más qué ofrecerle. Y cerrando este post con una de las frases favoritas de mi papá: "No cabe duda; las mujeres de jóvenes lo regalan y de viejas lo quieren vender..."
Buen fin.
Etiquetas: hombres, sexo