La Tecnología al “SERVICIO” de la Comunidad o las Perlas en Manos de los Cerdos

En la oficina nos instalaron recientemente un checador de huella digital, supuestamente “lo último en tecnología-torturadora-opresora para las mentes proletarias. Este checador ha venido a sustituir al sistema de registro de asistencia que teníamos anteriormente en donde las señoritas de Recursos Humanos nos llamaban por teléfono, o mejor aún, por el Skype y nos teníamos que parar frente a la webcam y saludar para que ellas vieran que efectivamente habíamos llegado temprano y nadie nos estaba cubriendo un retardo o ausencia haciéndose pasar por nosotros al teléfono o registrando nuestra entrada en falso.

Ahora bien, estos dispositivos son muy útiles para registrar de manera precisa la entrada y salida del personal, siempre y cuando la gente tenga cierta cultura tecnológica y no se haga pelotas con cualquier cosa que tenga botoncitos (llámese computadoras en este caso). Sin embargo, en cuestiones tecnológicas existen todavía muchos analfabetas que ante una máquina parecen cavernícolas frente al fuego. Y pues resulta que ya nos regañaron por “no checar nuestra asistencia con el dedito” cuando el error es que en Recursos Humanos tenían mal capturados nuestros números de nómina (¡duuuuuuuh!).

Y hablando de mejoras tecnológicas en mi oficina, contamos también con una pantalla widescreen para juntas y presentaciones. Está padrísima y he de confesar que me da emoción. Sin embargo cuando pregunté a una compañera qué resolución era conveniente para preparar las presentaciones me contestó que había que llamar a Sistemas para que nos “instalaran la resolución!!!!!!!!” Luego porque los de Sistemas no nos quieren.

Es por eso que a Prometeo le fue tan mal cuando llevó el fuego a los hombres, y es que la tecnología no es para todos. Si bien dicen que no hay que dar perlas a los cerdos.